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__Azul
¡Encierra tal silencio
su vientre tan azul!
Me arrulla su bramido
y me guía hasta el dique.
Convertido en autómata sin fe,
en un ácido clima de ciudad
de sol denso, metálico y marmóreo,
aire viscoso, amargo, asalmuerado,
de hiel y de sudor con tinte hemático,
enrojecidos ojos de ira vi,
iris acristalados de mentiras,
famélicos y hundidos de pobreza,
ciénagas de avaricia y ambición,
apenas las bujías de la vida
en las cuencas inmensas de la muerte,
vi aceras regadas por las lágrimas
del último y auténtico abandono,
las lágrimas sibilas de traición,
la desesperación mediante el llanto,
la diaria soledad codo con codo.
Para reposar mi alma no hay patena.
Al asfalto pegada la mirada,
en mi ostracista orgullo,
frente a un escaparate vil y sórdido
de frialdad calculada,
mi mente se rompe por sobrecarga
y de cristal construye una muralla,
individualidad inanimada,
valuarte para el ego y la indolencia,
testigo al desamor.
Viendo su piel turquesa
acudieron a mí
gorjeos de ángeles buenos
de un cercano pensil.
Comprendí que la mar puede esperar.
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