__La culpable luna
A Isa
El
poder de la luna llega a sobrecogerme
por
miedo a los dragones de este mundo,
a
los negros y azules ángeles de la noche
cabalmente
arrojados al vacío omnímodo,
a
los gélidos monstruos de las árticas brumas,
a
los vientos fantasmas que llenan el velamen
de
piratas galeras de llanto y desamor,
a
los mortales mantos de las cívicas dunas
en
las desiertas calles de urbes superpobladas,
a
los miasmas del odio y de la amistad franca,
a
las gárgolas pétreas y a huecos fariseos;
miedo
al temor complejo de ausencia y lejanía.
Ausencia
como pétalos de bronce
que
caen en el abismo de no verte,
en
tenebrosas simas de irracionalidad
y
lejanías como oscuros universos
de
planetas estériles de arrebatada luz.
Cien
candentes aceros fustigan pensamientos
que
taladran mi mente al no sentirte cerca,
fracturando
mi ser cual tierra en el estío,
descubriendo
pantanos de movedizos fondos
pues
falta la dulzura de tus ojos,
el
quiebro coralino de tu voz
y
ese vuelo palpable de cariño
por
todos los rincones de la casa.
Al
final, la corola trémula y despojada
de
mi alma, que respira incertidumbre,
se
encuentra con la luz de tu feliz regreso.
Entonces
se ilumina el gozo tras la espera
y
sé cuanto te quiero.
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