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__La Lola
¡Blanca! ¡Blanca gaviota!
¡Joven y firme
aliento!
¡Joven y blanca
alma
de mi sentir
contento!
Calla y llora,
canta
y gime con el
viento
porque entre
chumberas
y entre racimos
llenos,
entre pitas, se
casa
Lola de los cien
duelos.
Duelo de mar y
sol,
duelo de sal y
puerto,
de brisa y de
tez mora,
de agua tibia y
cuerpo
tan moreno y
caliente,
tan fino suave y
terso.
Terciopelo
marino
de florecer
incierto,
hoy, mueres en
las redes
de pescador
inepto.
Ya no te
bañarás,
ni adornarás tu
pelo
con nieve de
naranjo,
perlas de
limonero,
en rompeolas
mágico
cuajado de
luceros.
Ni tus pechos
salobres,
ni tu boca de
fuego,
ni el brillo de
tu piel
es de la luna
espejo.
De tus ojos
azules
los azules
destellos,
no vendrán a
brillar
para los míos,
negros.
Negros de mirar
juntos
el azabache
cielo.
Por tu venusto
pórtico
no cruzaré de
nuevo,
pues te vas de
mis manos
como
ceniza al viento.
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