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__En el brocal
Hoy, a mi Tay-Mahall
rodeado de la arena del desprecio,
golpeado por el árido simún
de la insatisfacción,
por la nocturna escarcha
de la infelicidad,
envuelto en la calina del engaño,
un rayo partió el cielo
rompiendo su coraza
y otra vez me cegó el único sol.
Sentado en el brocal,
mi imagen la refleja al fin el pozo,
anteriormente seco.
La lluvia esperanzada
ha vuelto a la cuarteada tierra madre
y los amaneceres de esplendor.
Siento bullir la sangre por mi piel
y en mis oídos ya suena un olvidado
y nuevo transcurrir.
Mi alma será santuario,
ermita en el desierto,
será Medina-Azara
a donde mucha gente irá incrédula
a por agua de la sinceridad
y buscando un albergue a la amistad,
porque hoy he percibido, otra vez,
la frescura y la paz de mi jardín
y el olor de las rosas que planté.
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